martes, 23 de octubre de 2007

SEGUNDA Y CAJAS, SOLA CONTRA EL MUNDO

comentario sobre el proyecto minero Rio Blanco y la increible ausencia del gobierno de Garcia

editorial revista Epoca Piura Setiembre 2007


El desarrollo tecnológico del mundo siempre estará íntimamente ligado al componente metálico, y por ende la humanidad tiene la necesidad permanente de descubrir y explotar los recursos minerales que hagan sostenible este desarrollo de la tecnología tan ligado al bienestar social que es en suma y ultimadamente el fin supremo de nuestra existencia material.

Ahora bien de ninguna manera, y eso queda plenamente establecido en todos los rincones del planeta, la explotación minera podría estar por encima ni pelear terrenos ni recursos a la agricultura o la ganadería, ni menos atentar contra asentamientos humanos. Esto todos lo tenemos muy clarito. Desde este punto a que se declare toda actividad minera como atentatoria contra cualquier otra actividad económica o contra la vida misma existe un abismo.

En el caso del Proyecto Río Blanco que desarrolla Minera MAJAZ, lo primero que se debe dilucidar es hasta que punto la explotación de las reservas de este centro cuprífero podría afectar la naturaleza y el medio ambiente. Establecer meridianamente si las comunidades aledañas finalmente ganarían o perderían con la explotación minera

Por lo que se conoce, las reservas del Proyecto Río Blanco son superiores a cualquier otra mina del país, y su situación geográfica alejada más de 30 Km. de cualquier asentamiento humano a la redonda y enquistada en la vertiente oriental de la cordillera daría seguridades naturales de casi nula afectación para los pueblos a este lado de la cordillera, liberando las aguas del subsuelo y de sus ríos de cualquier posibilidad de contaminación.

Igualmente las seguridades tecnológicas que hoy en día se utilizan en la explotación minera y de las cuales las comunidades, el gobierno regional y el ministerio de minas serán fieles guardianes, dan a este proyecto características tan sui generis que lo hacen de por si uno de los proyecto mineros más seguros que se haya proyectado no solo en el Perú sino en el mundo entero.

Ahora bien si este es el caso, y si como afirmamos los metales son parte del bienestar de la humanidad ya que sin ellos no es posible el desarrollo tecnológico ni las comodidades del hogar, podremos concluir que si no explotamos Rió Blanco ya no deberíamos explotar nuevas minas en el Perú, pues ninguna podría superar las seguridades que brinda este proyecto y por ende todas derivarían en inexplotables.

No son personas ignorantes, no son personas egoístas los comuneros, lo que sucede es que son personas desinformadas, pero por quién? Pues por el gobierno, por las autoridades, por la ausente voluntad política del ejecutivo quienes recién ahora quieren entrar a explicar y a jugarse enteros en defensa de los derechos de propiedad de todos los peruanos sobre las minas, y en defensa de la explotación minera prepotentes se pronuncian con discursos amenazantes queriendo conculcar los derechos de las comunidades a regir sus destinos. La licencia social es necesaria pero el estado no abonó para nada en este terreno, dejando este trabajito para la empresa minera que como sabemos a pesar de todas las ofertas poco puede hacer para luchar contra el trabajo de sapa realizado por las Ongs y personajes medularmente antimina.

Nunca es tarde y estamos a tiempo para trabajar en forma denodada, debiendo contar para ello con presencia permanente de técnicos y autoridades en la zona y como no de comisarías también, para resguardar el orden y permitir informar a las poblaciones sobre los beneficios de este proyecto. Proyecto que solamente por desidia del gobierno tendrá que aplazarse en su inicio de explotación, pero que de todas maneras ha de llevarse a cabo lo que sin ninguna duda redundará en beneficio del Perú, de Piura, y sobre todo de la comunidad de Segunda y Cajas que convencida por la modernidad ya no tendrá mas que luchar sola contra el mundo.