
EL DÍA QUE AURELIO SE LE PARÓ
Cuando los apristas de viejo cuño, después de tantas derrotas electorales, dejaron de ser gravitantes en el autoproclamado Partido del Pueblo que llegaba al poder en 1985, conservando siempre su antiguo mensaje pero ahora de la mano de un joven de flameada oratoria, todos los oráculos cayeron a los pies del Magno.
Luego el partido fracasa en el gobierno, sujeto a la mano de este inédito joven que inicialmente parecía repetir la figura del gran Haya de la Torre, repercutiendo en tal forma que incluso llegó a desaparecer de los registros de la ONPE por no haber logrado ni siquiera superar la barrera mínima de 5% de votación en su ausencia.
A su solo retorno a la escena nacional retoman su acostumbrado 20% de preferencias, entonces ya nadie se le pudo oponer dentro del partido y en venia total se le crea el puesto principesco de Presidente del Partido. Con él, el APRA llega nuevamente al poder.
De allí para adelante en Alfonso Ugarte no se hace nada ni siquiera se mueve una silla sin antes pensar si será del agrado de Alan García Pérez. Igualmente sucede en el parlamento o gobierno regional o local donde el partido aprista esté presente. Todos sin distinción son capaces de poner la cabeza en la picota por su presidente. La sumisión es total, y al que osara levantar la cerviz en seguida se le coloca el cartelito de desleal.
Pero oh! sorpresa alguien ha osado pararse fuerte delante del omnipotente y le ha dicho “yo no tengo porque ir a la picota por afirmar solamente lo que en privado habíamos ya coordinado” habría dicho el Ministro del Interior, el congresista del oriente Aurelio Pastor a su presidente. “yo no renuncio… si quieres bótame, pero no renuncio”.
Las reacciones fueron en cadena contra la actitud de Aurelio, ni siquiera la oposición le perdona haberse empalado al presidente y se le acusaba de quererse aferrar al puesto.
Inmediatamente Pastor fue llamado al orden, y después de algunos bocinazos y gritas de sus allegados parecía retornar sumiso al redil y bajar la cresta. Pero nuevamente nos sorprende ahora reafirmando que fue el presidente García quien personalmente dirigió el caso del indulto al broadcaster Ernesto Crousillat, y que él se limitó a estampar su firma como un trámite para cumplir la voluntad del divino. Bueno y el príncipe lo echó. Finalmente el Semidios al parecer le perdona i allí lo tenemos nuevamente en la grita i palmas apristas.
Si Aurelio Pastor se para firme en lo primero estaríamos ante el primer paso de la generación de los cuarentones por abolir el puesto de semidios que representa la presidencia en un partido político. Haya de la Torre es el creador de la doctrina llena de lógica y sentido común que llamamos dialéctica, por lo que a la palestra fue siempre el adelantado en el tiempo, como le rebautizáramos alguna vez, y está demás el puesto de hijo de dios que hoy ostenta García. Habría que ver si en este caso se le une al congresista Pastor el reafiliado secretario general institucional Omar Quezada, para muchos el futuro candidato del aprismo a las elecciones 2011. Si así fuere los verdaderos apristas estarán de pláceme pues se dará por terminada esta nefasta fase monárquica y García Pérez regresará naturalmente al llano, como por ejemplo hacen en Chile verdadero ejemplo de democracia. El hecho de haber llegado a ocupar la más alta envestidura no puede arrogar el título de semidios, que como presidente del partido aprista Alan García pretende seguir ostentando.