
Cómo es que el gobierno neoliberal del señor García podría estar colaborando por acentuar el hambre en el mundo?
Respuesta que los productores de arroz del país la tienen a flor de labios, al ver como miles de toneladas de este cereal básico permanecen todavía en cáscara desde la primera campaña del año en curso, mientras que en la reunión de la FAO contra el hambre en el mundo, situación en la que sobreviven más de mil millones de seres humanos, no se obtiene respuestas contundentes. Los países ricos ya ni participan en estas asambleas extraordinarias por solucionar esa infra condición de hambre, cuya persistencia debería de quitarnos el sueño a todos los que si comemos.
Cómo puede ser posible que un país que produce arroz en cantidades más que suficientes para satisfacer a su propia población, se de el lujo de importarlo del Asia sacando una tajada de la producción mundial, que bien podría ser destinada a los países africanos donde la TV muestra a seres humanos aruñando el suelo, buscando un gusanillo que llevarse a la boca.
La justificación del gobierno es que se importa arroz para evitar que el precio local se dispare y perjudique al consumidor nacional. Argumento que podría parecer contundente excepto que el precio al consumidor es casi similar cuando se importa que cuando se deja de hacerlo, habiendo dentro de la cadena oportunistas e identificables comerciantes mayoristas y altos funcionarios del estado que se llenan los bolsillos merced, ya no tanto con el sufrimiento del pueblo peruano, como sí con el aumento del hambre mundial.
Los productores nacionales deberían esperar para esta campaña arrocera que culmina en diciembre, precios que justifiquen su inversión, dado que sumando a la hambruna que viene sufriendo el continente africano, muchos productores asiáticos han visto caer sus cosechas una a una bajo las aguas de los terribles tifones que azotaron este año ese continente.
Sin embargo, los altos funcionarios e importadores del Perú deben ya estar coordinando acciones por sacar esa tajada de arroz que anualmente traen al Perú, sobre todo para no permitir que la imagen presidencial se vea tocada por alguna alza en el presupuesto de las familias limeñas sobre todo, ciudad capital donde sus casi diez millones de citadinos deciden las elecciones generales.
En todas las acciones que la FAO gerencia, no encontramos una sola que condene esta mala práctica de ciertos gobernantes, quienes buscando cuidar su imagen política, no les importa para nada la hambruna por la que atraviesa el mundo. Hechos condenables desde cualquier punto de vista pero que el liberalismo puede bien avalar desde el suyo propio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario