jueves, 9 de noviembre de 2006

VACANCIA PRESIDENCIAL POR INCAPACIDAD MORAL

Cuando el ministro de Alan Garcia abandona la carcel es recibido como heroe por los cuadros apristas. Fue Mantilla el gran sacrificado por salvar a Garcia y el honor del PAP?



articulo publicado en diario El Tiempo Piura

Directo al asunto. Agustín Mantilla según video propalado por América TV inculpó al jefe de su partido, sin mencionarlo directamente, como quien le impuso asista a una reunión en el SIN con Vladimiro Montesinos, la misma que quedaría registrada en otro video donde aparece recibiendo la suma de 30mil dólares para la campaña presidencial de su partido el año 2000.
Creo que nadie puede dudar de este nuevo testimonio filtrado a la prensa por algún aprista delator y traicionero por cierto, donde un grupo de compañeros entre los que se encontraba Juan Carlos Sánchez, actual asesor del secretario general Mauricio Mulder, rinden homenaje no a un delincuente recién salido de la cárcel, sino a un compañero que al parecer se inmoló para preservar al partido ante la severidad de la acusación. Entre sus palabras de agradecimiento dejó claramente establecido Mantilla que él acudió al SIN cumpliendo órdenes. Como es fácil suponer, todos los presentes en la reunión dominaban el tema y así lo ratificaban con su sola presencia y algunos reafirmando asintiendo con la cabeza.
Es sabido que en tiendas apristas y desde el año 1985 no se mueve una silla sin el consentimiento del nuevo Compañero Jefe. Ningún candidato es tal sin la bendición cuasi papal de Alan, sino preguntemos a los cientos de militantes desembarcados a última hora a pesar de ganar comicios internos, o a sus reemplazantes también. Desde los propios secretarios generales hasta el último de los apristas sienten quien es el que verdaderamente les manda y da órdenes dentro y fuera del partido. En el caso de Mantilla, quien al momento de perpetrar el delito tenía categoría de secretario nacional con envestidura de ex ministro de gobierno, sólo una persona podría haberle dado órdenes. Digámoslo con todas sus letras: Alan García Pérez
Este claro indicio es una nueva prueba, que ameritaría la reapertura del caso Mantilla, ya que durante su enjuiciamiento condenatorio, el Ministro del Interior del primer gobierno de Alan, supo guardar secretos que ya no lo son más, asumiendo toda culpabilidad. Muy probablemente Mantilla esté incurriendo en la figura de ocultamiento de pruebas, falso testimonio y perjurio, por lo que en las próximas horas la sala que decretó su libertad tomando conocimiento y actuando de acuerdo a ley, debería revocar la medida regresando el caso a fojas cero. A propia confesión relevo de pruebas.
Ahora y en todo caso el Presidente de la República queda en una posición por demás incomoda y desairada a los ojos de los más de seis millones de ciudadanos que en los últimos comicios votáramos por él, ya sea por simpatía o como mal menor. Por seguro que de haberse conocido este destape periodístico antes de las elecciones, al menos los 60mil votos que sacó de ventaja a Lourdes Flores jamás los hubiera obtenido, constituyéndose por este sólo hecho, sin mayor profundización, en un presidente moralmente ilegítimo.
En el Perú la vacancia de un presidente esta limitada por un elitista y cerrado listado de supuestos que autorizan su enjuiciamiento durante el ejercicio de su mandato. Lastimosamente el nuestro no es un régimen parlamentario, donde el Congreso pueda censurar y derribar al Jefe de Gobierno con el sólo hecho de comprobársele alguna conducta delictiva. Sin embargo tenemos antecedentes de un presidente enjuiciado y otro que se libró de la vacancia, a quienes se le aplicó la figura de incapacidad moral.
De presentarse en el congreso, como es de suponer, acusación contra el presidente por la mencionada incapacidad moral, ésta se resolvería en forma rápida pues existe ya jurisprudencia con el caso Fujimori, recordemos que el capturado ex presidente fue vacado con votación de mayoría simple. Sin embargo de prosperar esta acusación el Perú correría el grave riesgo de caer en manos del ex marino Giampietri, actual vicepresidente, acusado por los crímenes en los penales el año 86, bajo órdenes también de García Pérez, quien asumiría constitucionalmente la máxima magistratura.
Debemos mencionar que el presidente García vivió en los últimos años en un “limbo judicial” al quedar, por prescripción en el tiempo, excepto de culpas de juicios por inconducta durante su primer gobierno, incluido violación de derechos humanos, enriquecimiento ilícito, abuso de autoridad entre otras múltiples acusaciones. Alan García deberá enfrentar ahora esta dramática coyuntura, y también a la aleccionadora historia que en los últimos años nos muestra brillantes antecedentes con drásticas condenas en las que, siempre por culpa de Mr. Videito, hasta los más empinados fueron a parar a la cárcel.

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